Ya en el mundo cotidiano, con postales digamos que turísticas todavía, que asoman cuando entornas los ojos y te dejas afectar por los estímulos de espejismo de la luz (o la desgana…), el regreso a lo cotidiano no puede desprenderse aún de, por ejemplo, el sabor de los mini-tomatitos vesubianos, ubicuos y obligados casi en cualquier comida napolitana… La “Vera Pizza” de tugurio local, por ejemplo, y para qué andar yendo más lejos…
Llevas varios días diciéndote en voz bien alta (para oírte a ti mismo, si te parece) que ya hace tiempo que necesitas un año sabático. Te has pasado toda la semana corrigiendo bodrios de última hora, calculando y poniendo notas absurdas, y oyendo imbecilidades oficiales sobre el fracaso escolar, sus causas y sus supuestas soluciones. ¡Pongamos exámenes en julio!, sugiere el ínclito conseller que se inventó lo de Ciudadanía en inglés, o que sugirió después la necesidad perentoria de establecer el chino mandarín como asignatura optativa para la Secundaria. Va siendo hora, sin duda, de que te jubilen de una vez, ya lo has dicho en muchas ocasiones, como elemento residual de este maravilloso mundo tecnológico-informático-virtual-de-que-te-cagas, rémora, que eres una rémora antediluviana, perniciosa, permanente mal ejemplo para esta juventud alegre y poderosa que encara como debe ser el radiante futuro que preconiza, sin ir más lejos, el nuevo y flamante Duce de todas las Italias, de quien debiéramos tomar ejemplo. No digamos ya nada de Su Santidad y su indispensable cruzada antipreservativo, ni de todos aquellos que numantinamente se manifiestan para que el impío gobierno que tan fraudulentamente se ha adueñado de un Poder que no se merece no les obligue a abortar, ni a matar a sus inmaculados retoños, que no dudan en exhibir disfrazados de bandera en sus multitudinarias concentraciones de patriotas verdaderos (por cierto, te dices…¿y la protección de la imagen de los menores? ¿Qué tal llevarán, dentro de algún tiempo, verse a sí mismos en semejante –y abigarrado- desfile de seres santamente indignados?).
Realidad, dura realidad. Pero mira por dónde, se van a tener que ir jodiendo todos un poco, porque dentro de nada comienza su gloriosa Semana Santa (¿para cuando una verdadera racionalización del calendario escolar?) y te volverás a largar por ahí a seguir gastando tu dinero a pesar de todas las crisis. Porque tú tienes dinero para gastar, insolidario, incívico, en viajes, en vez de en un super mamotreto (cuatro por cuatro, berlina de lujo, deportivo con el que avasallar a los curritos agilipollaos de utilitario elemental…) con el que combatir la verdadera crisis, la de los banqueros, o la de los fabricantes multinacionales de automóviles, auténticos soportes económicos de los mundos de yupi de los que tan aviesamente disfrutas y contra los que te atreves a alzar tu voz contaminada de falaces progresías tras, tras, tras trasnochadas, y tra, tra, tra traicioneras.
Pues eso, preparando el equipaje… Unos días en Las Batuecas, subir a la Peña de Francia, comer y beber adecuadamente, pasear por esos pueblos que subsisten vete tú a saber por qué, existiendo como existe la virtuosa virtualidad que nos ha de salvar a todos de tanto, tanto exceso de humanidad sudorosa y toca-pelotas.
Que te vayan buscando, mientras tanto…